Este blog pretende ser un testimonio más de lo que he percibido como consecuencias negativas de la educación que los adultos hemos estado y estamos procurando a las últimas generaciones en España (y por lo que sé, en prácticamente todo el llamado “primer mundo”).
Este blog surge del asombro de un profesor de secundaria que ve cómo se generalizan cada vez más ciertas actitudes en los adultos (padres, psicólogos escolares, profesores –yo incluido-… muchas veces con la connivencia de los equipos directivos de los propios centros educativos), del tipo de la que se infiere en el psicólogo de la viñeta de Forges que preside este blog, y que he apreciado que principalmente consisten en:
1-evitar imputar cualquier tipo de responsabilidad a los estudiantes por las actitudes incorrectas en las que puedan incurrir (tal como escuché a un compañero: “en nuestra época también hacíamos gamberradas, la diferencia es que entonces nosotros sabíamos que eran gamberradas”).
2-robar a muchos estudiantes la posibilidad de cambio y mejora porque, entre otras cuestiones, no queremos "quedar de malos", y usamos excusas como la de que "queremos evitarles todo sufrimiento". Así, los adultos con frecuencia nos abstenemos de aplicar la impresión necesaria en ellos para sobrepasar cierto umbral de indiferencia por su parte.
Y evidentemente, porque estoy hasta los cojones de todo ello.
Este blog surge del asombro de un profesor de secundaria que ve cómo se generalizan cada vez más ciertas actitudes en los adultos (padres, psicólogos escolares, profesores –yo incluido-… muchas veces con la connivencia de los equipos directivos de los propios centros educativos), del tipo de la que se infiere en el psicólogo de la viñeta de Forges que preside este blog, y que he apreciado que principalmente consisten en:
1-evitar imputar cualquier tipo de responsabilidad a los estudiantes por las actitudes incorrectas en las que puedan incurrir (tal como escuché a un compañero: “en nuestra época también hacíamos gamberradas, la diferencia es que entonces nosotros sabíamos que eran gamberradas”).
2-robar a muchos estudiantes la posibilidad de cambio y mejora porque, entre otras cuestiones, no queremos "quedar de malos", y usamos excusas como la de que "queremos evitarles todo sufrimiento". Así, los adultos con frecuencia nos abstenemos de aplicar la impresión necesaria en ellos para sobrepasar cierto umbral de indiferencia por su parte.
Y evidentemente, porque estoy hasta los cojones de todo ello.
Con el nombre de su blog es inevitable no entrar!!! Jejejeje! Desde hoy le seguimos y nos prometemos guardar un ratito en nuestras ajetreadas vidas de estudiantes de magisterio pluriempleadas y marujas al borde de un ataque de nervios para ver qué se cuece entre nuestros compañeros los profesores! Mucha suerte!
ResponderEliminarGracias por los ánimos, e-duquem, todavía estoy aprendiendo el papel éste de moderador de blog, o sea que disculpa que acabe de leer -todavía hoy- tu comentario.
ResponderEliminarComo el identificar el que un alumno se "sienta mal" con tus llamadas al orden con el coaccionarte para que le dejes hacer y decir lo que le dé la gana y cuando le dé en la gana en clase sin importarles que se dé clase o no.
ResponderEliminarLos mismos que te montan las escenitas de sicología barata( ellos no dan clase al alumno y lo conocen peor que tú) , te exigen que entregues y cumplas la programación.
...hasta los cojones.