domingo, 16 de mayo de 2010

El verdadero significado de la película "La invasión de los ladrones de cuerpos"

A pesar de que se han postulado otras interpretaciones, la película de 1956 "La invasión de los ladrones de cuerpos" (Invasion of the Body Snatchers) es una profecía sobre las terribles circunstancias por las que tuvo -y todavía tiene- que pasar la enseñanza en Europa a finales del siglo XX.

Y no tengo tan claro que el hecho de que sean de origen extraterrestre quienes representan a los pedagogos sea en realidad una metáfora...


domingo, 2 de mayo de 2010

El David Brent de "The Office" frente a la Hipatia de "Ágora"


Acabo de leer en el diario El País un artículo titulado: Aguirre: "La corrupción es consustancial a las instituciones"

http://www.elpais.com/articulo/espana/Aguirre/corrupcion/consustancial/instituciones/elpepuesp/20100502elpepunac_1/Tes

Parece que cierta izquierda –se puede leer también en la mayoría de los comentarios, que por algo los habrá permitido el diario en cuestión- se escandaliza con este tipo de afirmaciones, lo cual me resulta muy revelador.

Desde mi punto de vista lo que quiere expresar la señora Aguirre -por la que tengo muy poca simpatía, que quede claro- es evidente: las instituciones las hacemos las personas, y la corrupción es algo consustancial a las personas, ergo

...otra cosa es que sea posible o no modificar esa "sustancia".

Seguramente quien se escandaliza con esta idea piensa de sí mismo que, por ejemplo, nunca sería capaz de, teniendo un puesto en una institución, abusar de él… y así nos va.

Esto me recuerda a la visión del ser humano que aparece en películas como “Ágora” (¿hay realmente alguna diferencia entre esta Hipatia y las santas de las estampitas de la época del nacional-catolicismo?), frente a la que aparece en series de TV como “The Office”, “Extras” o “The Wire”, mucho más realista.

Ya dentro del campo específico de este blog:

Tanto la LOGSE como los sistemas pedagógicos actualmente en vigencia en España descansan en convicciones de este tipo:

El efecto que tiene el juntar a alumnos que quieren estudiar con otros que no quieren, y que están en el aula obligados hasta los 16 años, es que los que quieren estudiar contagiarán de su deseo de estudiar a los que no, y todos seremos tan felices…


Reproduzco por último un extracto del comentario que hice en la página de El País:

“de cierta izquierda española se me atraganta esa visión tan inocente del ser humano que parece tomada directamente del santoral cristiano. La corrupción es consustancial a las instituciones porque es consustancial a nosotros, los seres humanos, y hasta que no admitamos eso, no empezaremos a ponerle remedio”.


...hasta los cojones...