El otro día leí este interesante texto de opinión de Javier Cuervo:
http://www.diariodeibiza.es/opinion/2010/08/19/chiton-aleman/427812.html
cuya parte final dice así:
"Pero el español adulto, especialmente la subespecie maleducada, suele estar dando voces a otro adulto y sólo acalla a su hijo de madrugada, por semana y si él quiere dormir.
El resto del tiempo defenderá sus aullidos como un derecho humano, como libertad de expresión...
Este verano la empleada de un ferry le pidió a una madre española que contuviera un poco a sus hijos y ella, a voces, reclamaba que la nave careciera de guardería donde pudieran «comportarse como niños».
Niños de otros países contemplaron la escena sentados en silencio junto a sus padres."
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Je, je... me encanta ese final... y además me recuerda una escena que viví en el instituto este pasado curso escolar:
Me estaba quejando en la sala de profesores de que para llegar a la puerta de mi aula tenía que pasar cada día por un pasillo abarrotado de niños chillando, empujándose, tirándose cosas, peleándose, etc., cuando una compañera de trabajo quiso zanjar el asunto con: "es que si los niños no chillan, no se empujan, no se pelean, etc., entonces no son niños"...
...hasta los cojones (como siempre, de nosotros, los adultos)...
http://www.diariodeibiza.es/opinion/2010/08/19/chiton-aleman/427812.html
cuya parte final dice así:
"Pero el español adulto, especialmente la subespecie maleducada, suele estar dando voces a otro adulto y sólo acalla a su hijo de madrugada, por semana y si él quiere dormir.
El resto del tiempo defenderá sus aullidos como un derecho humano, como libertad de expresión...
Este verano la empleada de un ferry le pidió a una madre española que contuviera un poco a sus hijos y ella, a voces, reclamaba que la nave careciera de guardería donde pudieran «comportarse como niños».
Niños de otros países contemplaron la escena sentados en silencio junto a sus padres."
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Je, je... me encanta ese final... y además me recuerda una escena que viví en el instituto este pasado curso escolar:
Me estaba quejando en la sala de profesores de que para llegar a la puerta de mi aula tenía que pasar cada día por un pasillo abarrotado de niños chillando, empujándose, tirándose cosas, peleándose, etc., cuando una compañera de trabajo quiso zanjar el asunto con: "es que si los niños no chillan, no se empujan, no se pelean, etc., entonces no son niños"...
...hasta los cojones (como siempre, de nosotros, los adultos)...