martes, 20 de marzo de 2012

Los pedagogos, los nuevos sofistas (en el peor sentido)


Después de unos cuantos meses, actualizo el blog con unas cuantas referencias a un libro realmente interesante: Tantos tontos tópicos (Ariel, 2012), del catedrático de Filosofía Moral y Política Aurelio Arteta.

En primer lugar, y en relación al tema de este blog, en el capítulo 2, titulado "Déjate de filosofías", el señor Arteta escribe:

"La mentalidad contemporánea tiende a considerar filosofía todo discurso que se despegue no más de un palmo por encima de la charla del bar y a repudiarlo como impropio de una persona sensata. (...)

Hoy nuestros nuevos sofistas, los pedagogos, han decretado que ni siquiera en la educación del joven es buena la filosofía".

Evidentemente el señor Arteta emplea aquí el término sofista en el sentido peyorativo del término.

Cito un breve texto al respecto encontrado en la dirección:

http://www.filosofia.mx/index.php?/perse/archivos/los_sofistas/

"En la antigua Grecia hubo un grupo de intelectuales llamados sofistas (los sabios de profesión), quienes lograron tener gran influencia en la juventud griega ya que poseían gran dote de retórica y de dialéctica.

Muy por el contrario de los filósofos, su finalidad intelectual no era la búsqueda de la verdad, sino lograr un alto prestigio en sus discípulos y oyentes, obtener jerarquía política, social y monetaria.

En un comienzo ser sofista no era deshonroso. Gracias a su preparación e influencia, el sofista fue considerado como la imagen intelectual y carismática del saber, siendo apreciado por gran parte de la élite social ateniense.

Sin embargo, el movimiento degeneró, se convirtió únicamente en un medio lucrativo: manipular a la sociedad griega con argumentos relativos y hasta con falsas nociones tan sólo para obtener alguna utilidad material".


... hasta los cojones de nuestros nuevos sofistas...


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