miércoles, 16 de septiembre de 2009

¡Qué fácil es ser tolerante cuando lo haces desde tus fantasías de "buena persona", cómodamente en tu despacho!

Hoy en el diario El País han aparecido dos artículos sobre el tema de este blog, de muy diferente enfoque.

Estoy totalmente de acuerdo con el Editorial Valorar al profesor, especialmente donde dice:

“Si los menores perciben en sus casas el menosprecio por los docentes, no es de extrañar que se muestren indisciplinados y renuentes a seguir sus instrucciones. Si la intervención de las familias en los casos de conflicto escolar contribuye a debilitar todavía más la posición de los docentes, entonces no puede esperarse de los menores que tengan un comportamiento más responsable”.

Únase a esto que, en caso de conflicto de profesores con alumnos y padres, la autoridad (políticos, inspectores, jueces, etc.) siempre da la razón a los padres. Resultado: la tiranía de alumnos y padres a la que estamos sometidos en este momento.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Valorar/profesor/elpepuopi/20090917elpepiopi_2/Tes

En cambio no me gusta nada el Reportaje de J. A. Aunión titulado La ley sin medios no da autoridad, en el que se pueden leer frases como ésta:

“Ni es una gran novedad, ni es suficiente por sí misma para devolver a los enseñantes la presuntamente perdida autoridad, reconocen hasta sus más firmes defensores”.

El subrayado de la palabra "presuntamente" es mío, y es uno de los momentos en que al señor Aunión se le ve el plumero.

Aquí otras perlas de un catedrático de Didáctica de las Ciencias y un sociólogo, señores que, según se ve, no han pasado por la experiencia directa de una clase de secundaria.

"Lo que está claro es que con los métodos tradicionales es más difícil controlar a los alumnos", insiste Rafael Porlán, catedrático de Didáctica de las Ciencias de la Universidad de Sevilla. Asegura que está fallando el sistema, "que hoy los alumnos no aguantan, y manifiestan su incapacidad para aceptar ese modelo", un modelo obsoleto".

Le aseguro señor Porlán que es todo lo contrario: con los métodos tradicionales el control de la clase se produce de forma natural. Además, ¿cómo saber si los alumnos hoy no aceptan el "modelo tradicional", si no lo conocen? Sólo conocen los modelos que usted y gente como usted han diseñado, y que los profesores llevamos sufriendo durante años.

Y sigue:

"El sociólogo de la Complutense Rafael Feito es mucho más duro: "Lo que subyace tras esta locura [la propuesta de Aguirre] es una idea decimonónica, en todo caso, anterior a la actual sociedad del conocimiento.

Se trata de un modelo en que el profesor se sube a una tarima y llena con su saber las cabezas vacías de los pobrecitos alumnos y alumnas. Y para que ese modelo funcione se precisa un régimen de control disciplinario que garantice que el alumnado esté en disposición de aprender, es decir, callado, sentado y con el libro de texto abierto en la página correspondiente. La relación educativa no puede sustentarse sobre el mero recurso a la autoridad".

Por su parte, Porlán recuerda que los alumnos más conflictivos pueden ser los que más se impliquen en su educación si se les consigue enganchar. Y quienes consiguen engancharles son los profesores. Cada profesor”.


http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ley/medios/da/autoridad/elpepusoc/20090917elpepisoc_1/Tes

¡Qué fácil es ser tolerante, comprensivo, abierto, flexible, etc., cuando lo haces desde tus fantasías de "buena persona", cómodamente en tu despacho!

2 comentarios:

  1. De acuerdo con todas y cada una de las entradas del blog. ¡Un saludo del profesor hasta los cojones de Madrid!

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